Terapia hecha a medida desde un enfoque integrador

La terapia humanista surge en los años 40 con Abraham Maslow como uno de sus referentes que desarrolla una concepción de lo humano como un ser básicamente bueno que evoluciona positivamente si se libera de los condicionamientos que lo limitan. Con Carl Rogers, evoluciona este tipo de terapia hacia un enfoque centrado en la persona y junto a George Kelly entre otros sitian al “sí mismo” en el centro del enfoque terapéutico y de la teoría de la personalidad. Las características de estos enfoques es que el terapeuta se centra en el individuo y no tanto en el problema. Establecen una relación empática con él y se pone en el lugar del cliente en un clima de confianza y sin juzgar. Se caracteriza también por la no direccionalidad, es decir que el terapeuta no trata de dirigir el proceso. Para este enfoque todo ser humano posee lo necesario para funcionar plenamente y auto determinarse, siempre y cuando esté muy cerca de su propia experiencia profunda, de su propia amalgama de percepciones corporales y sensoriales, de sus sensaciones y de la valoración que extraiga de todo ello en esa búsqueda de realización asumiendo su libertar y responsabilidad en todo el proceso de actualización.

El Mindfulness o conciencia plena es una técnica de meditación que implica mantener viva la conciencia en la realidad del presente; un estilo de atención basado en la aceptación de cada momento sin juzgarlo. Se ha podido comprobar como a partir de solo ocho semanas de entrenamiento y práctica se producen unos cambios visibles y medibles en nuestro cerebro, tanto a nivel bioquímico como a nivel estructural. Las investigaciones han demostrado que disminuye el estrés, hace que sea más fácil soportar el dolor, reduce la depresión, aumenta la autoaceptación y el autoconocimiento entre otros beneficios. La práctica del Mindfulness ayuda a contemplar los acontecimientos en el presente de manera activa y objetiva, sin identificarte con ellos, aceptando como vienen sin juzgarlos, para poder despegarte del sufrimiento que conllevan y aumentar los niveles de afecto positivo. Aprendemos a desprendernos de nuestras exigencias, desarrollar la autocompasión y la amabilidad con nosotros mismos y los que nos rodean, alcanzando un estado de equilibrio y paz interior, a través del cual será más fácil reconocer nuestros sufrimientos, abrazarlos y dejarlos ir.monía. 

Se utilizan técnicas de respiración, posturas, movimientos corporales y masajes que facilitan la resolución de los conflictos emocionales, la liberación de las emociones ligadas a situaciones traumáticas del pasado que una vez liberadas del cuerpo facilitan la resolución del conflicto con más eficacia.