Necesitas confiar en quien va a guiar tus pasos y acompañarte durante el tratamiento. Por eso, la elección del terapeuta es muy importante. Te apunto aquí cuáles deben ser las bases sobre las que construir una buena terapia:
- Una alianza consciente. En toda terapia es fundamental la franqueza y sintonía entre el profesional y quien acude a él. La buena alianza en la relación terapéutica es uno de los principales factores de éxito con independencia del modelo de terapia aplicado.
- Explora cómo te sientes. Busca una terapia y sobre todo, un terapeuta que te dé seguridad y confianza, con formación reglada y del que tengas referencias. Explora cómo te sientes en las primeras sesiones más allá del malestar que te ha llevado a consulta.
- No dudes en preguntar. Haz todas las preguntas que consideres oportunas, el terapeuta está para ayudarte. Es un profesional y sabrá aclarar tus dudas o discriminar cuáles de ellas precisan del trabajo terapéutico para encontrar una posible respuesta.
- Máximo compromiso. El compromiso personal es imprescindible. La orientación y el apoyo del experto resultan fundamentales, pero solo tú puedes ser el protagonista y responsable último del proceso terapéutico. Nadie puede cambiar por ti.
- Una perspectiva global. Recuerda que cada persona es un mundo y cada problema tiene su propio ritmo. El proceso terapéutico no es lineal, sino que alterna avances, estancamientos y retrocesos aparentes, siendo preciso mantener siempre una perspectiva global. No hay pastillas ni fórmulas mágicas ni magistrales.
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